2 de Agosto

 

 

 

REPARAR LOS DAÑOS QUE HEMOS CAUSADO: No podemos lograr una Paz perdurable si no reparamos los daños que hemos causado a los demás. Primero, necesitamos hacer una lista de las personas a las que les hemos faltado. Segundo, elegimos una Persona de nuestra lista y resueltamente nos ponemos en contacto con ella.  Tercero, en Meditación le pedimos a Dios su guía para saber exactamente lo que debemos hacer y decir, sin causar mayores daños. Cuarto, ofrecemos nuestras disculpas sinceras a las Personas sin justificarnos ni tratar de convencerlas de perdonarnos. Quinto, no olvidemos que es muy probable que ni siquiera nos escuchen, o incluso nos ofendan y traten de agredirnos. En estos casos, es mejor dejar así las cosas. Sexto, el rechazo de alguien no nos debe servir de pretexto para olvidar esta labor trascendental en nuestras vidas. Séptimo, no es justo otorgarnos perdón por creer que las faltas de nosotros se compensan con las que otros cometen contra de nosotros.

REFERENCIA: Es maravilloso obtener el perdón de quienes les hemos fallado, pero no debe ser una labor egoísta donde se busque sólo el bienestar personal, más bien restituir el bienestar de las otras Personas y que sean ellas las que decidan, sin presión alguna, si aceptan, o no, nuestras disculpas y digan que nos perdonan o  que se acabó el problema. 

REFLEXIÓN Y FRASE DEL DÍA: 

¡En nuestra Vida necesitamos en un momento propicio

quitarle su represión al Espíritu en forma adecuada

y para ello necesitamos liberarnos por principio

de recuerdos que se hayan vuelto una carga pesada:

 

Odios, miedos, temores, dudas, culpas, ofensas,

traumas, desilusiones, abandonos, descuidos, tristezas,

frustraciones, actos de mal juicio, dolorosas experiencias,

y todo mito y creencia que hayan confundido las Vidas nuestras!

 

¡Para lograrlo se necesita de mucho valor para enfrentarlo

y es necesario con un Ser Humano experimentado platicarlo

para que nos pueda escuchar y comprender después de expulsarlo

y es muy difícil decirlo, pero más lo es tener que callarlo!

 

¡Esa situación es “El Día del Juicio” que se menciona en La Biblia

donde “El Diablo” que es nuestra Falsa Personalidad se enfrenta

a la Consciencia, y esta es “La Guerra Entre El Cielo y La Tierra”

y no se requiere de un exorcismo para salvar el Alma nuestra!

 

¡Sólo necesitamos hacer esa Catarsis que ya ha sido propuesta

y para hacerla necesitamos recordar totalmente la Vida nuestra

y enfrentarnos a nuestros actos equivocados de manera honesta

ya que ellos han llenado nuestra Alma de dolor, rencor y tristeza!

 

¡Es revivir todo lo que nos pudo dañar la Vida o alguna persona

y que debido a ello el rencor nubló nuestra Consciencia!

 ¡Es verdaderamente doloroso, pero el regalo que de ello emana

es muy satisfactorio y Liberará para siempre nuestra Alma!

 

¡Siempre habrá muchos que quieran en su Vida continuar como están

porque evadir todo ese sufrimiento preferirán,

pero encontrar la Paz en su Vida jamás podrán

y de su Consciencia no escaparán y la Felicidad tampoco encontrarán!

 

¡Quienes lo hemos enfrentado podemos decir con certeza lo que pudimos experimentar:

en ese momento tan crucial muchos podemos llorar, gritar y hasta implorar

para ser perdonados por todo lo que pudimos a alguien y a nosotros mismos dañar

y si la persona que nos escuchó nos dice que Dios todo eso puede perdonar

 

o que todo lo que le platicamos fue porque nuestra Mente se llegó a enfermar

o tal vez porque hemos actuado en forma como el Mundo nos lo pudo enseñar

y que no somos culpables de todo, pero sí responsables de lo que pudimos dañar

y si nos regala sus sugerencias para que nuestro pasado podamos cambiar

 

al escucharlo nosotros sentimos por dentro un alivio jamás experimentado!

¡Nos sentimos Limpios, Agradecidos y Libres como nunca lo habíamos estado!

¡Después de poner en Paz nuestra Consciencia volvimos a cuidar nuestro cuerpo

alimentándonos, descansando y durmiendo para que nos fuéramos recuperando!

 

¡De esa manera poco a poco pudimos mantener la Mente ocupada

en lo que hacíamos y nos íbamos animando

y el reposo sanó nuestro Cuerpo y la Mente estaba descansada

 y paulatinamente nos fuimos fortificando

 

y ya pudimos divertirnos y gracias a la risa

liberamos las tensiones más aprisa

y podíamos poner atención y una sonrisa

 al disfrutar de nuestras actividades sin prisa!

 

¡Cuando estuvimos más tranquilos física y mentalmente

empezamos a alimentar con nuevas ideas nuestra Mente

y ya pudieron ser Meditadas por nuestra Sensibilidad serenamente

y con el Ímpetu del Espíritu recuperamos la Voluntad nuevamente!

 

¡Con ella quisimos con entusiasmo nuestras Vidas continuar

y para lograrlo necesitábamos tener Calma y Meditar antes de actuar

y aprendimos que la Meditación es la guía para actuar en la Vida sin fallar

porque en ella se reúnen todos nuestros conocimientos y nuestra Sensibilidad

 

y lo trascendente que surge de esa Reunión o Comunión es la Intuición

que nos proporciona siempre ideas certeras para dirigir nuestra actuación

y actuando acertadamente se siente bien el Espíritu y nos proporciona animación,

inyectándonos ganas de vivir y querer hacer todo lo necesario para nuestra satisfacción!

 

¡En ese estado de Consciencia comprendemos

 que de todas las personas siempre necesitamos

y por ese motivo necesitamos comprometernos

a tratarlas con cortesía en todos los momentos!

 

¡Con ello iremos reparando la Confianza en nosotros

 y en las personas del entorno para que vuelvan a aceptarnos

y poco a poco lo conseguiremos aunque a veces fallemos,

ya que corrigiendo nuestras fallas de vivir en Armonía disfrutaremos!

 

¡Si vemos que algunas personas no nos aceptan

y no actúan bien con nosotros

en ese momento sólo necesitamos recordar con afán

lo que a nosotros llegó a dañarnos

 

y veremos que es el resentimiento

que exhiben en sus acciones muchos Seres Humanos,

pero eso no nos debe servir a nosotros de pretexto

para de la misma manera comportarnos!

 

¡Simplemente necesitamos no perder nuestra propia ubicación

y guiarnos con Sensibilidad para actuar con Intuición

y de esa manera siempre tendremos una buena intención

y si durante nuestra Vida conservamos en nosotros esa atención

 

entonces en todas nuestras experiencias mantendremos nuestra dirección

que nos evitará perder tiempo criticando o peleando con otros por su actuación!

¡Y así, de la observación de nuestra propia conducta no tenemos distracción

y deja de incomodarnos todo aquello que trascendemos mediante la Meditación!

 

¡Y a nuestros padres y demás personas ya les podremos pedir perdón

antes de que sus cuerpos ya no tengan animación

porque será muy tarde hacerlo cuando lleguen al panteón,

pero si a tiempo lo hacemos Limpiaremos nuestro Corazón!

 

¡Posiblemente hay quienes pedir perdón no quieran

a sus padres o a la gente con la que convivan

porque verdaderamente ellos no lo merezcan

 por daños que en contra de aquellos cometieran!

 

¡Quizá tampoco puedan hacerlo porque sus padres murieron

 o de aquella gente que ellos dañaron se separaron,

pero si Meditaron, entonces seguro comprendieron

 el verdadero daño que les hicieron y también el que ellos causaron!

 

¡Entonces, si nosotros ya evitamos hacerle tal daño a nuestra descendencia,

así como a todas las personas, ya nunca sufriremos de alguna consecuencia

de proseguir con esa cadena interminable de desavenencias e inconsciencia

y si nuestra conducta es gobernada todo el tiempo por nuestra Consciencia

 

un día llegará a nuestra Alma el mágico Perdón

por todo lo que sufrimos en nuestra Vida pasada

y no lo olvidaremos, pero limpiará nuestro Corazón

y ya comprenderemos nuestra vivencia realizada!

 

¡Meditando llegaremos a comprender lo más puro

y en nuestra Mente ya nunca habrá nada oscuro

y ese será el principio para ser felices en el futuro

porque ya tendremos un conocimiento seguro

 

que nos guiará para no equivocarnos

 y nos evitará volver a sumergirnos

 en la inconsciencia de muchos Seres Humanos

y nuestro duro pasado lo trascenderemos!

 

Job Moderno

 

Tomado del texto "Inconsciencia" que aparece en el libro "Así en la Tierra como en el Cielo" (Volver a la Inocencia).