Dos Verdades Ubicantes
Primera Verdad Ubicante: todos nuestros Actos son el resultado de nuestra Correcta o Equivocada Manera de Pensar.
Segunda Verdad Ubicante: nuestra Manera de Pensar ha sido influenciada, Directa e Indirectamente, por los Actos Correctos e Incorrectos de la gente de nuestro entorno, así como por los Acontecimientos que ocurren en nuestro planeta.
Por lo tanto, No Somos Culpables de nuestras faltas producto de Errores de Aprendizaje, aunque Sí Responsables de los resultados de nuestros Actos cuando los cometemos de Manera Voluntaria y no hacemos algo por Mejorar nuestra Mentalidad. ¿No es verdad?
A lo anterior, pocas veces le prestamos atención pero cuando nos agobian los Problemas Emocionales deseamos acabar con ellos lo más pronto posible para Recuperar la Tranquilidad y es hasta ese momento que, el Conocimiento de las Causas que nos motivaron para Actuar de Manera Equivocada se vuelve una Inquietante Prioridad. ¿No es así?
Si deseas empezar a buscar esas causas en ti, es conveniente mencionar que no es un trabajo que pueda hacerse por Uno Mismo, ya que necesitamos Reflejarnos en las Experiencias de Otras Personas para Poder Identificar nuestras propias problemáticas.
Por esa razón, dentro de esta página te estaré Transmitiendo mi Experiencia dentro de una Agrupación donde se Comparten, Analizan y Meditan Miles de Experiencias de toda índole a través de un Método de Recuperación Personal, tan efectivo, que ha dado grandes resultados en más de 180 Países Alrededor del Mundo.
Si estás listo, te invito a conocer los resultados que la gente puede obtener en tales grupos.
Primer Paso: necesitamos Aceptar Honradamente nuestra propia Infelicidad y todos los Problemas que nosotros mismos nos hemos causado por nuestra Manera de Actuar, sin importar las causas que nos llevaron a estar en esas circunstancias.
A la par, es indispensable Dejar de Justificar nuestros Errores y No Seguir Culpando a los Demás para lograr Ser Honestos con nosotros mismos y Alejar la Hipocresía de nuestros Actos.
Con ello, seremos más Objetivos y Mesurados en nuestros Juicios para poder obtener una Mejor Percepción de Nosotros Mismos.
Después, se hace necesario tener el Conocimiento para trascender nuestra problemática. Este, lo podemos obtener de dos maneras: por medio de la Meditación y/o por Experiencias Vividas y Trascendidas por Otras Personas con Problemas Similares a los nuestros.
Ambos conocimientos, nos aportan Confianza Plena para Entenderlos y Practicarlos.
No sirve atender Suposiciones o Consejos, aunque vengan de Personas Bien Intencionadas, ya que si no han tenido Vivencias como las Nuestras no cuentan con la Experiencia Vivida y Trascendida que nos permita Adquirir un Conocimiento Confiable que podamos Practicar nosotros, pero cuando alguien nos regala su Experiencia Trascendida sí podemos Adoptarla y apoyados en nuestra propia Experiencia logramos Practicarla Eficiente y Constantemente en nuestra Vida.
El Reflejarnos en otras Personas es una oportunidad que nos permite Mejorar el Conocimiento de Nosotros Mismos y Alimentar nuestra Mente para tomar Mejores Decisiones en nuestros Actos, así como para Adquirir y/o Recuperar nuestra Seguridad o Confianza en Nosotros Mismos.
Tal Confianza, es el inicio hacia la Consolidación de nuestro Libre Albedrío que es el Poder que tenemos en nuestra Alma para actuar con Plena Libertad.
Durante nuestro propio proceso, es inexcusable Liberarnos de los Prejuicios para que la Mente pueda Aceptar Ideas Diferentes a las nuestras y la Sensibilidad propia se sintonice con el Sentir de otros Seres Humanos para Entender Mejor el Conocimiento que Emana del Mutuo Compartimiento de Experiencias.
Como resultado de lo anterior Vemos Claramente que, todas las Experiencias que vivimos los Seres Humanos tienen un Factor Común. El cual, no se encuentra en la manera como se presentan las vivencias, ni tampoco se halla en la edad en que se viven, sino en las Sensaciones Intrínsecas que se quedan Impresas en la Memoria. Es algo irrefutable que Impide Dudar de las vivencias de los demás. Eso es: el Sufrimiento.
En infinidad de momentos de nuestra Vida, el Sufrimiento Intentamos Cubrirlo con Máscaras para Aparentar que somos Invulnerables ante él. Aunque en realidad, lo hacemos por Temor de Volver a Sentirlo. ¿No es verdad?
Alguien puede negarlo, pero ¿quién escapa a su Consciencia?
En esta Realidad Sensorial que experimentamos los Seres que habitamos el Planeta Tierra, la Sensibilidad es lo que nos Hace Iguales a Todos los Seres Humanos y no nos permite dudar del Sufrimiento propio, ni del de los demás.
¡La Sensibilidad, despierta con el Sufrimiento por lo que es indispensable experimentar este!
Por todo lo anterior, podemos Meditar y Darnos Cuenta de que No Hay Seres Humanos Buenos Ni Malos, sino simplemente Actos Justos y Equivocados producto de nuestra Manera de Pensar.
Lo anterior, sólo puede ser Juzgado Justamente bajo la Luz de la Consciencia en Meditación.
Meditando, Aprendemos que la Consciencia conformada por la Experiencia del Espíritu, el Cuerpo y la Mente, nos permite Percibir y Demostrar Sentimientos, Disfrutar la Sensitividad, así como Darles Vida a los Pensamientos mediante nuestros Actos. El Alma que es la parte más Sensible de nuestro Ser nos da la oportunidad de Transmitir y Percibir Amor, Ternura, Paz, Dicha y Alegría, por medio de la Energía de nuestro Espíritu.
Nuestro Cuerpo por su parte, a través de los Cinco Sentidos, Transmite y Percibe Placer o Dolor que son los Dos Extremos de un mismo Fenómeno Sensorial.
Nuestra Mente capta y guarda en la Memoria toda la Experiencia Espíritu-Sensorial-Mental y por medio de la Imaginación y la Creatividad nos permite integrar nuestro propio Concepto de la Realidad. Esto es: Tener Nuestra Propia Consciencia.
La Consciencia, es la que Dirige y Frena nuestros Actos de manera correcta.
Meditando un poquito, Podemos Ver que si los Seres Humanos obedeciéramos más a Nuestra Consciencia que a nuestro Limitado e Incierto Concepto de la Realidad Material resultaría más difícil Fallar en nuestros Actos.
Lo anterior, ahora podemos Verlo Con Claridad y Demostrarlo en base a Nuestra Experiencia.
Por ejemplo: los niños pequeños se guían con su Consciencia Inmaculada. No tienen Malicia producto de la Experiencia en la Vida. Son Vulnerables, pero No Lo Saben. No tienen Temor de Vivir y Demuestran lo que hay en su Alma: sus Sentimientos Más Limpios y Delicados. Sin embargo, todo cambia cuando algo Lastima su Ser, ya que van Dejando de Atender a su Consciencia y empiezan a Obedecer a las Emociones Surgidas en sus Experiencias. Estas, a su vez, los motivan a Reprimir sus Sentimientos.
Al mismo tiempo, los pequeños Van Adquiriendo Mecanismos de Defensa necesarios para Protegerse del Medio.
Tales Mecanismos, son nuestras Actitudes. Las cuales, son como un Camuflaje para Despistar y/o Amedrentar a otros, concebido con el fin de Evitar Ser Agredidos nuevamente.
Por ello, con el paso del tiempo y dependiendo de la Exposición a la Violencia del Entorno, los niños crecen y se Vuelven Temerosos y/o Violentos. Esto último, es lo que los lleva a cometer actos injustos contrarios a su Genuina Esencia Espiritual.
Con ello, se hace evidente que, ¡No Nacieron Así, sino que Así los Formó la Vida!
Hoy en día, algunas personas hemos logrado quitarnos poco a poco el Camuflaje que usábamos anteriormente como Defensa para Poder Enfrentarnos a nuestro Entorno y vivimos con Mayor Libertad, pero fue necesario dejar a un lado nuestros Miedos.EL MIEDO
Job Moderno
Tomado del texto "Dos Verdades Ubicantes" que aparece en el libro "Así en la Tierra como en el Cielo" (Volver a la Inocencia).